Cabecera
Inicio | Actualizaciones | Reseñas CD | Artículos | Compositores | Críticas | Vídeos | Foros | Wallpapers | Enlaces

Death Proof

Haz click en la imagen para ampliarla

3:10 TO YUMA

Título original: 3:10 to Yuma
Año: 2007
País: Estados Unidos
Duración: 117 minutos
Director: James Mangold
Guión: Halsted Welles, Michael Brandt, Derek Haas (Relato: Elmore Leonard)
Productores:

Cathy Konrad

Música: Marco Beltrami
Fotografía: Phedon Papamichael
Ficha artística:
Russell Crowe, Christian Bale, Peter Fonda, Gretchen Mol, Dallas Roberts, Ben Foster, Vinessa Shaw, Johnny Whitworth
Trailer en V.O.
 

"There is a lonely train
called the 3:10 to Yuma.
The pounding of the wheels
is more like a mournful sigh.
There's a legend and there's a rumor
When you take the 3:10 to Yuma
You can see the ghosts
of outlaws go riding by
In the sky."

"3:10 to Yuma" (1957).
Canción de Ned Washington y George Duning.
Cantada por Frankie Laine.

SINOPSIS:

El recién capturado criminal Ben Wade (Russell Crowe) debe ser trasladado a la prisión de Yuma, y por necesidades económicas, el granjero y ex-militar Dan Evans (Christian Bale) se ve obligado a aceptar el encargo de custodiar al prisionero hasta la estación de tren. Pronto se encontrará solo frente a los peligrosos hombres de Wade, que tratarán de liberar a su jefe.

Las vivencias de hombres curtidos conquistando tierras hostiles forjaron un género muy pasional que, desde sus comienzos, siempre ha hecho acopio de los sentimientos más arrebatados; camaradería, orgullo, honor, sacrificio, hombría, venganza… Y así fue hasta que el visionario realizador italiano Sergio Leone se atrevió a retratar, desde su descarnada óptica, un ambiente fronterizo en el que, con el dólar como único motor, el bien y el mal ya no eran conceptos tan  claramente delimitados. La fórmula, adoptada por genios de la dirección como Eastwood o Peckinpah, llegó a su máximo esplendor en los setenta -cuando el extremo más crepuscular del western rompió muchos de los mitos que nacieron durante ese salvaje período histórico- y ha mantenido el género en equilibrada división hasta su decadencia y práctica desaparición en nuestros días.
 
El objeto de esta aburrida introducción es situar 3:10 to Yuma donde le corresponde, que es precisamente a caballo entre ambas tendencias. En La muerte tenía un precio o Hasta que llegó su hora, Leone experimentó con su propia creación, poblando su hosco universo desalmado con personajes a los que movían desgarradoras pasiones. También el film que nos ocupa encierra, bajo su disfraz de realismo y frialdad, emociones incluso más extremas que su precedente de 1957 y que van tomando fuerza a medida que avanza el metraje.
 
Afortunadamente, James Mangold no ha caído en la utópica pretensión de recuperar el extinto género, lo cual se ha intentado en infinitas ocasiones y es, hoy por hoy, imposible; en vez de eso, se conforma con orquestar un interesante thriller bien construido y de sugerente visionado. La impecable ambientación, la eficaz dirección y las correctas interpretaciones de Crowe y Bale quedan sin embargo, ensombrecidas por la escasa originalidad de un libreto que prácticamente calca cada palabra del guión escrito por Halsted Welles para el film de Delmer Daves. Las novedades de la nueva versión, que suponen un nulo esfuerzo para los escritores, se limitan al añadido de escenas de acción –el original se centraba mucho más en la tensión de la espera a la llegada del tren, que aquí queda reducida a mera anécdota entre tanto tiro- y a una radicalización en el carácter de los dos protagonistas, para que la interacción entre ellos resulte más inteligible a un público menos sensible a las sutilezas psicológicas que el de hace cincuenta años.
 

Y, por supuesto, el final también debía ser alterado, confirmando una de las ironías que suelen darse en el subgénero del remake made in Hollywood; los escritores pueden permitirse duplicar un guión frase por frase, pero es inconcebible un desenlace sin sorpresa. El vuelco argumental que aquí se propone –y que por supuesto no revelaremos- puede que gane en osadía, pero pierde en credibilidad; ese es el riesgo que conlleva  la obligación de impresionar al espectador a toda costa.

 
El concepto de remake es, de por sí, un curioso fenómeno que se rige por la equivocada regla de más es mejor, por lo que siempre tiende al exceso. Todo aquel que aprecie la versión remozada de 3:10 to Yuma debería revisar después la cinta que sirvió de inspiración, para poder así admirar la sencillez con la que Glenn Ford y Van Heflin, bajo la funcional pero eficaz dirección de Delmer Daves, nos cuentan la misma historia sin grandes alardes y con mucho más encanto.
 
M.M.M.

 

Valoración: 5/10

Volver a Críticas

Quiénes somos | Contacta con nosotros | ©2007 Legend BSO