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La Jungla 4.0

Título original: Live Free or Die Hard
Año: 2007
País: UK / USA
Duración: 130 min.
Director: Len Wiseman
Guión: Mark Bomback y David Marconi inspirandose en el artículo "A Farewell to Arms" de John Carlin. Personajes originales de Roderick Thorp
Producción: Michael Fottrell, John McTiernan, Arnold Rifkin, Bruce Willis
Música: Marco Beltrami
Fotografía: Simon Duggan
Ficha artística:
Bruce Willis, Timothy Olyphant, Justin Long, Maggie Q, Cliff Curtis, Jonathan Sadowski, Kevin Smith, Mary Elizabeth Winstead
Trailer en V.O.

SINOPSIS:

John McClane, ya algo entrado en años y con problemas para relacionarse con su hija, vuelve a estar en el lugar equivocado en el momento equivocado. En esta ocasión, con la ayuda de un joven hacker, se deberá enfrentar a un pirata informático que planea dejar a los EEUU sumidos en un Caos Total.

Antes de entrar de lleno en los pormenores de esta nueva aventura de John McClane, conviene partir de cierta premisa; La jungla de cristal nunca debió convertirse en una saga. Die Hard, la pieza original firmada en 1988 por John McTiernan, llegó a ser un hito del cine de acción de los 80, al igual que otros títulos como Depredador o Robocop (Que desgraciadamente también se perpetuaron como franquicias), pero McClane no es James Bond ni ningún otro superagente destinado a afrontar misiones cada vez más peligrosas y espectaculares, sino un policía forjado a la antigua que se ve accidentalmente involucrado en el secuestro de un edificio con treinta rehenes por parte de un grupo terrorista. Sin medios ni apenas más armas que su inteligencia, es el único que puede hacer algo por ayudar, y esos fueron precisamente los valores que convirtieron el film en único de su género; la casualidad, la improvisación y la espontaneidad.

Live Free or Die Hard
¿Cuántas veces puede un hombre estar en el momento y lugar equivocados? Obviamente, tantas como los productores quieran siempre que la taquilla funcione; pero aquella imagen de Bruce Willis en camiseta, hecho polvo, arrastrándose por los conductos de ventilación o corriendo descalzo entre cristales, es irrepetible.
Live Free or Die Hard
Lo cual no es óbice para que recibamos con agrado y buenas expectativas cada nueva entrega de una serie que ha sabido mantener un nivel más que aceptable. Salvo algunas escenas espectaculares en el aeropuerto de Dulles, poco aportó Renny Harlin con su Die Hard 2: Die Harder; pero el interés renació cuando McTiernan volvió para hacerse cargo del tercer título, Die Hard with a Veangance, más ligera y humorística que las anteriores. La que ahora nos llega, Live Free or Die Hard, tiene un condicionante histórico; no son solo los doce años que han pasado desde su precedente, sino ese 11-S que cambió el mundo occidental y la forma de entender el cine.
Pero por desgracia incluso el terrorismo ha llegado a ser un mal con el que el ser humano se ha acostumbrado a convivir, y por ello el guión de Live Free or Die Hard da otra inteligente vuelta de tuerca y nos enfrenta a una amenaza aún mas apocalíptica; el poder de un competidor de Dios que llega a todas partes. Todo lo ve, todo lo oye y todo lo controla, y con apenas un parpadeo puede destruir la forma de vida que conocemos.
Live Free or Die Hard
Ese nuevo peligro nos da la oportunidad ver como el obsoleto John McClane se las ve con lo que más odia; la tecnología. El hombre que en 1990 no sabía si un fax se envía con el texto hacia arriba o hacia abajo, tiene que enfrentarse a un enemigo que le sobrepasa, y muy a su pesar, se ve obligado a aceptar la ayuda de un relevo generacional difícilmente comprensible a sus ojos. Y ya tenemos el escenario perfecto; una amenaza global, un villano –correctamente interpretado por un Timothy Olyphant que, sin embargo, no llega a la altura de Alan Rickman o Jeremy Irons-, las tretas y el humor del viejo policía, y su involuntario y protestón aliado. A partir de aquí, la eficaz dirección de Len Wiseman nos regala un trepidante viaje de dos horas cargado de acción, momentos brillantes y diálogos gloriosos; La jungla 4.0 es un efectivo thriller que, con su ritmo endiablado y sus dosificadas dosis de humor y tensión, nos hace recordar los orígenes de la serie.
Live Free or Die Hard
Pero sin duda lo mejor de la función es y siempre será la encarnación que Willis hace de su personaje, dotándole de esa carga de descaro, fuerza e ironía que torna creíble lo increíble y demuestra que la tenacidad y el ingenio de un duro de los de antes siempre se impondrán sobre los vicios de la modernidad. Sin embargo muchas cosas han cambiado; el maduro detective parece algo cansado, no física sino espiritualmente. Ha vivido mucho, y comienza a aceptar con una resignación más bien forzada las imposiciones de un mundo que, en parte, le es hostil. Se dice que es en las épocas oscuras cuando nacen los héroes, y posiblemente la humanidad viva desde aquel fatídico 11-S un tiempo de tinieblas que, indudablemente, ha revolucionado el concepto del héroe.
Ya no hablamos de vengadores como Chuck Norris repartiendo estopa y diciendo frases lapidarias antes de cargarse a algún malhechor; hoy el héroe es un bombero, un médico, un policía o cualquiera con sentido de sacrificio que sea capaz de ayudar a quien lo necesite y reavivar la esperanza donde no exista. Aunque McClane será siempre un nostálgico más perteneciente a aquella añeja especie de justicieros, era evidente que no podía escapar al espíritu de los nuevos tiempos; y un Bruce Willis interpretativamente crecido durante estos casi veinte años, ha sido capaz de reflejar a la perfección esa amalgama de socarronería, indiferencia y melancolía que su personaje, ahora algo más complejo, requería.
Live Free or Die Hard
 
M.M.M.
 
Valoración: 7/10

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