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PIRATAS DEL CARIBE:
EN EL FIN DEL MUNDO

Título original: Pirates of the Caribbean: At World's End
Año: 2007
País: Estados Unidos
Duración: 168 min.
Director: Gore Verbinski
Guión: Ted Elliott, Terry Rossio
Producción: Jerry Bruckheimer
Música: Hans Zimmer
Fotografía: Dariusz Wolski
Ficha artística:
Johnny Depp, Geoffrey Rush, Orlando Bloom, Keira Knightley, Jack Davenport, Stellan Skarsgård, Tom Hollander, Naomie Harris, Yun-Fat Chow, Keith Richards

 

 

SINOPSIS:

Will Turner y Elizabeth Swann aliados con el Capitán Barbossa ponen rumbo a la exótica Singapur y se enfrentan a la astucia del pirata chino Sao Feng para hacerse con sus cartas de navegación con el desesperado objetivo de liberar al Capitán Jack Sparrow del mundo de Davy Jones. Mientras, el escalofriante barco fantasma El Holandés Errante, en manos de la Compañía de las Indias, provoca el caos en los Siete Mares. Más allá de los confines de la tierra, cada uno deberá elegir un bando en una titánica batalla final, por la continuidad del estilo de vida pirata.

Desde hace unos años los románticos que crecimos leyendo a Tolkien, Salgari, Verne o, por citar a alguien de casa, Pérez-Reverte, nos encontrábamos en un estado de éxtasis ante la avalancha de producciones de corte épico ya fuere histórico o fantástico. La Trilogía del Anillo, Braveheart o Gladiador nos devolvieron un regusto (salvando las distancias) a grandes obras como Excalibur, Cromwell o Espartaco. Sin embargo, poco a poco, se nos ha ido desvaneciendo la ilusión.

Parte de la culpa la tiene esa máquina de hacer dinero que tienen en Hollywood llamada Jerry Bruckheimer. Su enfoque vampírico de lo que algunos tanto amamos, no hace sino desmembrar la capacidad creadora y ejecutadota de quienes le rodean. Es tal el ansia de amasar fortuna a costa de los devoradores de palomitas, domingueros del 7º arte y otras almas desprovistas de juicio, que no le importa que a esos pocos que analizamos lo que vemos mientras lo vemos nos duela en lo más profundo de nuestro ser.

Pudiendo tener como referencia la primera parte de la saga, Piratas del Caribe: En el fin del mundo sigue la línea (de hecho, fueron rodadas al mismo tiempo) de El Cofre del Hombre Muerto: Estamos, una vez más, ante una despreocupación total por el argumento y la interpretación, en favor de los fuegos de artificio. Es más de lo mismo elevado a la enésima potencia pareciendo buscar que el espectador se pierda en un mar de traiciones, situaciones imposibles y rompa a llorar de pena con la más que previsible y patética arenga en la batalla final.

Es una verdadera lástima que Gore Verbinski, que tanto nos hizo disfrutar con la primera entrega Piratas del Caribe: La Maldición de la Perla Negra y que supo conducir (que no es poco) el intento intimista de un Nicolas Cage venido a menos en The Weather Man, se vea maniatado por la producción, ávida de tracas de feria que superen la desbordante imaginación del infantil (algunos de cuerpo y otros de mente) público.

Asisto boquiabierto al desperdício de talentos como Johnny Depp (muy deslucido en esta 3ª entrega), Stellan Skarsgård o Chow Yun-Fat en una producción donde priman (sin ánimo de desmerecer el excelente trabajo en este aspecto) el maquillaje, los efectos especiales y los travelling de vértigo.

¿Qué habría sido de esta "perla del Caribe" en las manos de Spielberg (como productor o director, da igual, lo hace todo bien...), si gozase de la sencillez y claridad de movimientos que nos ofrecía Ridley Scott en Los Duelistas o, simplemente, siguiendo una trama clásica como la de el El Halcón y la Flecha?

Ni la banda sonora ayuda a salvar este despropósito amparado por la factoría Disney: Hans Zimmer, empeñado en cercenar el buen trabajo que Klaus Badelt le legó, debe sentirse orgulloso, no queda nada.

No obstante, si debo decir algo en su defensa... Sorprende con un final (en cierto modo) poco convencional y además, ¿con qué frecuencia vemos navíos del siglo XVIII surcando los mares?
(Últimamente demasiado)

J.J.L.S.

 
Valoración: 4/10

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