|
Haz click en la imagen para ampliarla
GRINDHOUSE: PLANET TERROR
| Título original: |
Grindhouse: Planet Terror |
| Año: |
2007 |
| País: |
Estados Unidos |
| Duración: |
95 minutos |
| Director: |
Robert Rodríguez |
| Guión: |
Robert Rodríguez |
| Productores: |
Elizabeth Avellán, Robert Rodríguez, Quentin Tarantino |
| Música: |
Robert Rodríguez, Graeme Revell, varios |
| Fotografía: |
Robert Rodríguez |
Ficha artística:
|
Rose McGowan, Bruce Willis, Michael Biehn, Josh Brolin, Julio Óscar Mechoso, Marley Shelton, Nicky Katt, Naveen Andrews, Freddy Rodríguez, Stacy Ferguson, Jeff Fahey, Rebel Rodriguez, Hung Nguyen |
|
SINOPSIS:
Las secuelas de un malogrado experimento biológico militar inundan las calles de gangrenosos zombis en busca de carne humana. Unos pocos personajes dispares encabezados por Cherry Darling -una bailarina a la que los monstruos han amputado una pierna- serán los únicos que puedan combatir la amenaza y, quizá, salvar a la humanidad.
|
Desde sus primeras incursiones en el violento thriller fronterizo, Robert Rodríguez hizo alarde de un peculiar, ágil e innovador hábito narrativo que, aunque ingenioso, nunca fue del todo suyo. |
| |
|
La claustrofóbica fórmula de los protagonistas encerrados resistiendo el asalto por parte de hordas monstruosas, que tan bien funcionó en la segunda mitad de Abierto hasta el amanecer, recibe influencia directa de la odisea que, en Asalto a la comisaría del distrito 13, confeccionó John Carpenter, quien a su vez había heredado ese recurso de los westerns de Howard Hawks. |
| |
|
Con la mitad que le corresponde de la dividida Grindhouse, Rodríguez sublima su fascinación por la serie B retro. Nos encontramos con todos los ingredientes imprescindibles; absurda conspiración militar, zombis hambrientos de órganos humanos, mujeres explosivas ataviadas con indumentarias imposibles, el curtido y malhumorado sheriff del pueblo, un |
|
miembro de las fuerzas especiales convertido en delincuente…El desmadre está servido, pero era lógico que ni el público americano, ni aún el europeo, estuviera preparado para digerir esta disparatada travesura en la que el humor soez, la violencia gratuita, el espectáculo gore y la incorrección política alcanzan un nivel que sobrepasa cuanto el realizador mejicano se había atrevido a pergeñar hasta ahora. |
| |
Incluso se ha criticado cierto discurso machista en el pueril tratamiento que se da a los roles femeninos, pero tal actitud no hace sino retratar, en clave de parodia, los clichés de un tiempo que dejó huella en lo bueno y en lo malo, en los aciertos y en los vicios. |
| |
| |
Y por supuesto, existía un afilado sexismo en el cine de acción que aquí se rememora, pero se ensañaba por igual con ambos géneros; pues si la mujer no pasaba de ser un objeto de deseo libidinoso con una función poco mayor que sufrir apuros y ser rescatada por el paladín de turno (al que luego daría |
su merecido premio), el héroe masculino era poco más que un primario conglomerado de músculos y bravura, movido por ideales tan básicos como la venganza, la moral y, sobre todo, el rescate la fémina.
|
| |
Cada época tiene una forma de estimular la adrenalina del espectador, y en los ochenta, enaltecer la testosterona fue un medio comercial e inocente que, en justicia, nunca debió levantar animadversiones; y es esa entrañable simplicidad lo que Rodríguez evoca con desenfado a través de un elenco de personajes arquetípicos, de previsibles reacciones y motivaciones superficiales. |
| |
Las burlonas intenciones se vislumbran ya desde la elección de los actores y la delirante manera que estos tienen de encarnar a sus personajes, capitaneados por la embrujada Rose McGowan, que trata de disfrazar sus carencias interpretativas luciendo con generosidad su encanto algo salvaje. Pero independientemente de lo humorística que pueda resultar la faceta paródica del filme, Planet Terror es también un homenaje en toda regla a muchos momentos épicos que nos hicieron vibrar en nuestra adolescencia. |
|
Rancios héroes como aquel alocado Ash de la trilogía Evil Dead de Sam Raimi, -que sustituía su mano amputada por una sierra eléctrica- o el infalible Snake Plissken de Escape from N.Y., tienen su equivalencia en esta extrema epopeya de lo bizarro, y sobre todo el espíritu rebelde y amoral de John Carpenter –a quien se menciona convenientemente en los créditos finales- está presente durante toda la cinta; personajes, situaciones e incluso banda sonora conforman un permanente tributo al veterano realizador. |
|
|
|
|
En Sin City –que tampoco fue del agrado del gran público- Rodríguez demostró una insólita capacidad para contar historias sin rodeos, utilizando cuantas técnicas narrativas hay a su alcance en servicio de su propio estilo. Esa osadía reaparece en su nueva película, donde incluso los deliberados efectos de deterioro del celuloide cumplen su misión como un recurso natural inherente a la historia; el aire insolente, audaz y directo del realizador, hace de Planet Terror un sugestivo producto que sobresale con brillantez entre la homogénea cartelera de nuestro tiempo.
M.M.M.
|
|
| |
| Valoración: |
 |
|
