Nacido en York (Inglaterra) en 1933, John Barry Pendergast tomó contacto con el cine y la música –especialmente el jazz- desde muy joven, y con solo 22 años ya formaba la banda “John Barry Seven” con un grupo de amigos y sin demasiadas aspiraciones. La época en que este grupo trabajó para la discográfica Emi, dio como fruto una serie de desenfadadas composiciones en cuyo sonido ya se adivina el que será el estilo de este gran autor.

Aunque en 1960 ya se había aproximado al séptimo arte con el film Beat Girl y algún trabajo de escasa importancia para televisión, el salto al estrellato se lo debe al agente 007. Tras años de polémica sobre la autoría del famoso tema de James Bond, siempre oficialmente atribuido a Monty Norman, un reciente juicio ha desvelado supuestamente la verdad; los productores del film Agente 007 contra el Doctor No (Dr. No, 1962), descontentos con el trabajo que Norman había realizado, encargaron a Barry que lo reorquestara- por un ridículo presupuesto- y así nació esa célebre melodía que siempre acompaña al superagente. Hemos de aceptar esta versión como válida, si bien escuchando anteriores composiciones del grupo que Barry regentaba, ya se entreveía ese característico sonido Bond que aún hoy perdura.

Desde ese momento y por mucho tiempo, la trayectoria de este compositor evolucionó ligada a los films de 007 -llegando a crear la música para once de ellos- y al cine de espionaje en general. La no siempre fulgurante carrera de Barry ha pasado por curiosas épocas de entre las cuales es justo mencionar su infravalorada labor de los últimos setenta y primeros ochenta, momento en que decidió apartar su festivo estilo sesentón en favor de sonoridades algo siniestras y de mayor gravedad como las que podemos apreciar en King Kong (King Kong, 1976), Moonraker (Moonraker, 1979) o El abismo negro (The Black Hole, 1980).

Pero lejos de acomodarse en el género de acción, John Barry ha sabido demostrar, a través de distintas épocas de su vida, su valía para abordar empresas de muy distinto talante, y así despuntó esa faceta lírica que nos ha brindado obras inmortales como En algún lugar del tiempo (Somewhere in Time, 1980), Memorias de África (Out of Africa, 1985) o Bailando con lobos (Dances with wolves, 1990). En los últimos años, y tras haber padecido una grave enfermedad que casi le cuesta la vida, su actividad ha decrecido hasta prácticamente el retiro.