A nadie sorprende la elección de un autor tan omnipresente en la cartelera actual como Marco Beltrami para poner música a un western moderno absolutamente distanciado del clásico original de 1957, cuya partitura compuso George Duning; lo que ya resulta más curioso e inesperado es que el compositor, considerando su inexperiencia en el género, haya conseguido resultados por encima de su standard habitual, gracias en buena medida a la sobriedad de que hace gala la obra.

Extinto ya el eco de los clásicos del cine del oeste como Bernstein, Tiomkin o Steiner, Beltrami no abusa de influencias fácilmente identificables, pero es innegable que, aún sin renunciar al sinfonismo, se apoya más en el estilo revolucionario y directo creado por Ennio Morricone y que tantos seguidores de renombre –como Dominic Frontiere e incluso Alan Silvestri- ha tenido.

Pero esas influencias las encontramos solo en escasos pasajes aislados pues, en general, Beltrami ha afrontado el trabajo como si no se tratara de un western. Salvo puntualmente, apenas se recurre a melodías típicas del género, aunque sí predomine una característica instrumentación basada en guitarra.

Uno de los valores del score es su falta de pretensiones. En cortes como One for the Road / Storm Clouds se consigue transmitir una grata sensación bucólica, con gran sencillez y poca carga instrumental. Aún así, tanta mesura tiene una consecuencia negativa; hay demasiados temas de transición que poco aportan y restan interés al conjunto. Tras escuchar la obra al completo, quedan en el recuerdo unos cuantos fragmentos brillantes, desafortunadamente diluidos entre demasiados momentos insustanciales.

M.M.M.