1. Opening 0:55
2. Tai-He-Song 1:17
3. Return to the Palace 1:22
4. Theme of the Emperor 1:28
5. Theme of the Empress 1:45
6. Empress's Solitude 0:46
7. Shadow & Escape 1:34
8. Again 1:38
9. Mother & Jai 3:58
10. Portrait 0:41
11. Theme of the Empress Fate 2:05
12. Fight of the Sickle Troops 2:29
13. Emperor & Empress 2:46
14. Behind Pageant 3:09
15. Huang Jin Jia 0:56
16. Rebellion 2:52
17. Prince Yu's Ambition 1:25
18. Betray to the Emperor 2:40
19. Heroic Battle 3:38
20. Wan's Last Moment 1:04
21. End of the War 1:18
22. Imperial Ceremony 1:41
23. Curse of the Golden Flower 2:38
24. Ending Title 5:03

La autoría de obras como In the mood for love (Deseando amar) o su secuela 2046, ha convertido a Shigeru Umebayashi en uno de los autores japoneses con mayor reconocimiento fuera de sus fronteras. Pese a no ser este uno de sus trabajos más interesantes, sirve como muestra de su arte y estilo, y demuestra que ni siquiera una obra menor de este gran compositor merece ser desconsiderada.

El preciosismo visual de que el realizador Zhang Yimou hace gala en su film, tiene justo eco en las elegantes notas de esta partitura, que desborda los oídos como las imágenes desbordan la retina. La orquesta se rinde a los pies de Umebayashi, que se apoya sobre todo en la percusión, cuerda o coros para según que mensaje quiera transmitirnos. Desgarradores violines elevan el nivel dramático, mientras el aparato coral ensalza la magnitud de la epopeya.

Sin embargo el uso y abuso de los coros a veces resulta engañoso, pues es un recurso funcional que superficialmente suele dar buenos resultados pero que no siempre encierra sustancia. Sorprende que  Umebayashi haya caído en esa trampa, y que casi todos los pasajes con voz resulten impactantes pero al mismo tiempo huecos; las melodías carecen de consistencia y, por otra parte, los cortes son en su mayoría tan breves que, aunque con comienzos prometedores, adolecen de una evolución propicia. Con todo, el simple hecho de disfrutar pasajes de impecable acabado como el Ending Title, ya justifica la atención a este compacto.
 
Belleza sin fundamento, efectismo sin contenido, sentimiento sin alma. Eso es lo que nos encontramos en esta obra de Umebayashi, vigorosa pero no tan bien perfilada como otras de carácter más intimista. Nos quedamos con House of flying daggers, su anterior colaboración con Yimou.

M.M.M.