1. Introduction – Title (1:26)
2. New York City (1:29)
3. Skull Island (1:18)
4. Ending Zone Town (2:54)
5. Sacrifice Sequence (2:11)
6. Jack and the King (1:26)
7. Capturing the Beast (1:03)
8. King Kong Unleashed (2:55)
9. Building Ascent (1:41)

Sabíamos que, tarde o temprano, íbamos a tener oportunidad de conocer el score rechazado de Howard Shore para esta descomunal aventura perpetrada por Peter Jackson. Ahora se nos brinda la ocasión gracias a esta escueta edición promo de tan solo 9 breves cortes, que apenas sirve para hacerse una idea de cómo hubiera podido ser la partitura completa.

Hasta este momento era difícil imaginar cuales habrían sido esas diferencias creativas que, tras la provechosa colaboración en la trilogía del Anillo, llevaron a Jackson a apartar el trabajo de Shore en favor del de James Newton Howard; pero una vez que hemos visto el film, y que podemos comparar la música que definitivamente se utilizó con la desechada, resulta fácil de comprender.

Lo que se puede dilucidar en estos pocos minutos es que Shore emprende de forma valiente su cometido y prescinde casi por completo de las melodías para crear esos envolventes pasajes atonales con los que suele desenvolverse tan holgadamente.  Su atmosférica y poco comercial música, apoyada en ritmos africanos y, ocasionalmente, en asonantes sintetizadores, crea una sensación inquietante y atemporal que difícilmente hubiera servido para el mensaje fácil que el director quiere transmitir; si bien nos falta por conocer la parte melódica que seguramente Shore habrá preparado para algunos momentos que la requieren, y de la que no hay ni rastro en esta selección.

King Kong es una película ampulosa y desmesurada cuyas imágenes saturan la retina, y debían ir acompañadas, por tanto, de una composición musical que saturara los tímpanos. Definitivamente, la densa música de James Newton Howard se ajusta mejor a la pretensión clásica y al tono meloso y ligeramente infantil que Jackson ha conferido a su film; no obstante, sería muy interesante poder estudiar la dimensión que le hubiera dado Shore, y es de esperar que algún día podamos disfrutar de una edición más completa de su malparada creación.

M.M.M.