Ponencia
de John Debney
En su segundo año en Úbeda, entregado plenamente
a la tarea de presidir el Congreso, John Debney (con la inestimable
ayuda de su asistente Melanie) dejó patente en el Auditorio
del Hospital de Santiago su interés en hacer las cosas
bien con la ponencia más trabajada de las que pudimos presenciar.
Tras una introducción
del compositor californiano en la que expuso los temas que iba
a tratar, proyectó cuatro escenas de filmes en los que
había participado, inicialmente sin música y luego
con ella:
Barnyard (2006), partitura de sonidos graciosos y ritmos
country para una película de animación, sirvió
para ilustrar la idea de que la banda sonora debe estar al servicio
del filme y no siempre se pueden componer temas épicos
y preciosistas.
Dreamer (2005), fue el contrapunto a la escena anterior.
Una emocionante carrera de caballos con un trasfondo sentimental,
arrancó los aplausos de la sala con un corte sencillo pero
hermoso en el que Debney remarcó las sensaciones que quiso
hacer llegar al público en la escena y la dificultad de
integrar la sinfonía con los efectos de sonido.
En Georgia Rule (2007), con un corte mezcla de música
orquestal y de sonidos tradicionales de las zonas rurales de América,
hizo ver que pueden darse diferencias entre el director y el compositor
sobre el enfoque que debe tener el score, pelea en la que generalmente
gana el director (comentario que oiríamos de boca de más
compositores durante el fin de semana)
La charla, con marcado carácter didáctico, más
orientada a los jóvenes compositores presentes que a los
aficionados en general, tampoco estuvo exenta de interés
para los segundos y se pudieron ver escenas y escuchar un tema
de Evan Almighty (Sigo como Dios , 2007) secuela
de Bruce Almighty (Como Dios, 2003), aún
por estrenar en las salas de nuestro país. Bromeó
sobre lo ligados que están últimamente sus proyectos
a Dios (Como Dios, La Pasión de Cristo, Sigo como Dios…)
y nos destripó la película con una escena en la
que Steve Carrell a imitación de Noé, monta a decenas
de personas y animales en un arca ante el anuncio de un segundo
diluvio universal.
Acabando con una ronda de preguntas,
que dejó satisfecha la curiosidad de los aficionados, John
Debney reveló que en su juventud aspiraba a componer cada
tema de la calidad de maestros como John Williams, Jerry Goldsmith
o el presente Bruce Broughton, pero fue abandonando al darse cuenta
de que debía encontrar su propio estilo. Afirmó
no estar nunca satisfecho del todo con sus trabajos y que rara
vez se ha encontrado copiándose a sí mismo o reciclando
partituras rechazadas de un proyecto para otro.
Una conferencia muy interesante
que, a posteriori, dejó en evidencia la falta de preparación
de otros invitados.
Entrega
de Premios GoldSpirit
El tiempo pasa volando en Úbeda, y tras recrearnos la vista
con la colección de vinilos de Miklós Rózsa
y el maestro Poledouris en la 1ª planta del Hospital de Santiago
a media tarde del Viernes, se nos echó encima la hora de
acudir a la Gala de Entrega de Premios GoldSpirit para bandas
sonoras editadas en 2006.
Además de comenzar más
tarde de lo previsto, la velada se alargó de 2 a 4 horas
y el retraso acumulado al final sobre el programa original del
congreso (que pareció no abandonarnos ya en todo el fin
de semana), acabó con las ganas de sarao de la mayoría
de los aficionados, organizadores y compositores.
Una duración a todas luces excesiva para un evento de estas
características que pareció interminable (acabó
a las 2:30 de la madrugada), hizo mella en el ánimo de
los asistentes hasta el punto de ver auténticas caras de
extenuación a la salida del Teatro Ideal, donde tuvo lugar
el evento, y empañó la noche del viernes quitando
protagonismo a lo que fue una gala de claro-oscuros, una cita
bajo el mismo techo de complacencia y decepción.
Aplaudimos a rabiar al oír
el nombre de James Newton Howard, triunfador de la noche con 5
premios incluyendo Mejor Banda Sonora y Mejor Compositor
gracias a Lady in the Water.
Fue francamente decepcionante la elección del (para nada
malo) score de X-Men: The Last Stand de John Powell como
Mejor Banda_Sonora_de_Acción,_Aventura_o_Thriller,
por delante de partituras muy superiores a nuestro entender como
Casino Royale de David Arnold (la favorita de Legend
BSO que se tuvo que conformar con Mejor_Tema_de_Acción
por "African Rundown" y Mejor Canción
Original por "You Know My Name") o Superman
Returns de John Ottman.
Sorprendente lo que gusta la
soporífera y repetitiva banda sonora de El Laberinto
del Fauno de Javier Navarrete que se llevó los premios
al Mejor Compositor Español y Mejor Banda Sonora
Española por delante del Alatriste de Roque
Baños.
Y extremadamente curioso lo
de Hans Zimmer que ganó el premio a la Mejor_Banda_Sonora_de_Drama
por The Da Vinci Code, película que encajaría
mas en el cine de aventuras o thiller, pero que por las características
de la partitura la Asociación BSOSpirit decidió
incluir en este apartado, y a la par cosechó una merecidísima
nominación a la Banda_Sonora más_Decepcionante
por Pirates of the Caribbean: Dead Man's Chest, que finalmente
fue a parar a manos de Gustavo Santaolalla por Babel.
Además se rindieron emotivos
homenajes a Bruce Broughton, John Scott y el desaparecido Basil
Poledouris por el conjunto de su carrera.
A pesar del notable cansancio,
a la salida aún hubo un grupo de valientes que no faltaron
al paseo nocturno por la bella villa de Úbeda y a su, ya
tradicional, degustación de cañas de chocolate.
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