Cabecera
Inicio | Actualizaciones | Reseñas CD | Artículos | Compositores | Críticas | Vídeos | Wallpapers | Enlaces

Úbeda 2007

La música de John Debney, Javier Navarrete, Marc Vaíllo, Pascal Gaigne, Roque Baños, David Arnold, John Powell y Brouce Broughton, adornó la noche ubetense del sábado 21 de julio, a traves del intenso concierto programado por la organización de este III congreso.

Es indudable que el esfuerzo que los organizadores de este congreso están realizando, así como el alcance de sus logros en solo tres años, no puede ser medido con facilidad; por eso me duele decir que el concierto preparado el sábado como atracción principal, parte de un peregrino error ya desde su misma concepción; no es cabal aunar en una sola gala la obra de ocho compositores consagrados, y además tan dispares como los que allí se reunieron. No solo la duración fue excesiva y el programa irregular, sino que además tal congregación podría interpretarse como un menosprecio hacia cada uno de los autores, que individualmente merece sin duda mayor protagonismo.

Antes del concierto
Durante los 60 interminables minutos que hubimos de esperar en puertas del Hospital de Santiago, la nota simpática la aportó la Banda Municipal de Úbeda, que ofreció una jocosa y pueblerina versión de Piratas del Caribe: El cofre del hombre muerto , de Zimmer.
La banda de Úbeda
Pareció increíble cuando, tras la lenta y ardua entrada al recinto, nos encontramos por fin acomodados con estrecheces en el escueto espacio asignado; el Hospital de Santiago es, en verano, un marco agradable para acoger eventos como este, pero su deficiente acústica y limitado espacio quizá debieran llevar a un futuro replanteamiento en la elección de escenario.

Sin más preámbulo, John Debney, presidente honorífico, abrió la gala con el estreno mundial de su suite para el videojuego Lair. El autor dijo haberse inspirado, para crear esta obra, en el gran Poledouris, e invitó a los presentes a recordar al desaparecido maestro durante la escucha;  y, si bien no encontramos ninguna semejanza, es innegable que Lair es una pieza espectacular de elevado contenido épico, que dio oportunidad a la orquesta, y especialmente al coro, de exhibir su buen hacer.

John Debney
John Debney.
Dos fragmentos de Lair

Luego oímos una impactante interpretación de Cuthroat Island en la que sorprendió la exención de pasajes corales; después supimos de la equivocada desconfianza de Debney hacia el Coro Zyriab de Córdoba, que sin embargo demostró sobradamente ser lo mejor de la noche.

Dos fragmentos de Cuthroat Island
Javier Navarrete no pudo asistir a Úbeda por impedimentos personales, pero su música sí que estuvo presente, conducida por Pascual Osa, a través de una suite de El laberinto del Fauno. La ejecución fue correcta, seguramente por la escasa dificultad que entraña esta pieza, tan repetitiva y aburrida en concierto como en su versión original.

Y si la música de Navarrete había situado la adrenalina a ras del suelo, una desastrosa interpretación de El habitante incierto -apenas identificable con el original- terminó de hundirla en el alcantarillado ubetense. Ni el arreglo ni su consumación orquestal funcionaron, ofreciendo una imagen injusta del efectivo e innovador trabajo que el barcelonés Marc Vaíllo llevó a cabo para este film de suspense. Las retahíla de asonancias que hubimos de escuchar, poco tenía que ver con las impactantes notas creadas por el compositor.

Marc Vaíllo Javier Navarrete
Marc Vaíllo y Javier Navarrete.
Afortunadamente, la sonrisa volvió gracias al arte sobrio, ingenioso y vivaz de Pascal Gaigne, que nos encandiló con un Azul oscuro casi negro cuyo dinamismo puso a prueba, satisfactoriamente superada, la agilidad de los músicos, especialmente de los violines.
Pascal Gaigne Roque Baños  
Y el colofón a la primera mitad del concierto recayó sobre Roque Baños que, tras una melódica Segunda piel, triunfó con su Alatriste Composer’s Cut, como algo pretenciosamente se ha dado en llamar. En esta grandilocuente suite pudimos oír pasajes incomprensiblemente desechados del montaje final del filme, y el coro tuvo ocasión de volver a lucir su soberbia aptitud; pero sobre todo sorprendió gratamente la energía de este joven músico en su estilo de dirigir, pues pone el alma en cada movimiento de batuta, y los excelentes resultados denotan que la orquesta hace eco de tanta pasión.
Pascal Gaigne y Roque Baños.
Dos fragmentos de Alatriste
Un murmullo de desagrado recibió la noticia del intermedio de 30 minutos (Para ese momento eran ya más de las doce), después del cual tuvo lugar el breve sorteo de dos lotes de compactos, cedidos por Varese Sarabande. Y hubo anécdota delirante, cuando uno de los premios fue a caer en manos del hermano de Robert Towson, quien para sorpresa de todos – o quizá como chiste deliberado- había comprado un boleto. (Por supuesto se repitió el sorteo).

Tras la pausa, David Arnold anunció que, si bien no es una práctica con la que estuviera familiarizado, dirigiría su suite de Casino Royale, lo cual llevó a cabo con visibles dificultades pero buena voluntad...solo que en vez de batuta, utilizó ¡Un colín! Lo cierto es que, de entre una partitura tan extensa y variada como es la del último filme de 007, la elección de temas no pudo ser más decepcionante; después del hermoso pero breve City of Lovers, escuchamos The Name’s Bond… James Bond, basado únicamente en el célebre tema del agente secreto cuya autoría, como todo el mundo sabe, no pertenece a Arnold. Además, la interpretación del célebre leitmotiv no satisfizo, ni el viento ni el punteo de guitarra estuvieron a la altura de las expectativas.

David Arnold
David Arnold.
Pascual Osa, “un director de verdad” según palabras de Arnold, se hizo cargo de nuevo de la batuta para conducir la suite de Stargate, cuya magnífica ejecución permitió una vez más el lucimiento de la orquesta y, sobre todo, de las excelentes voces del Coro Ziryab.
Fragmento de Casino Royale
Fragmento de Stargate
John Powell
El repertorio de John Powell, que no se levantó a dirigir, hubo de ser recortado debido al cúmulo de retraso, de forma que no pudimos oír el estreno de Bourne’s Ultimatum. Pero también fue primicia la melódica interpretación de P.S. I Love You, comedia romántica de lujoso reparto encabezado por Hilary Swank y Gerard Butler que se estrenará en diciembre.

La suite de X Men: The Last Stand, impecablemente consumada, combinó eficazmente momentos líricos con enérgicas sonoridades, y tras ella, un divertido Building de Crate, de Chicken Run, que arrancó sonrisas no solo al público, sino también a los propios integrantes del coro, puso fin al turno de Powell.

Bruce Broughton
Bruce Broughton.

John Powell.

Llegaba así la hora de Bruce Broughton, sin duda el momento más esperado de la gala. Dirigió una extensa y bien elegida suite de Young Sherlock Holmes, correctamente resuelta salvo por un lapso de descompensación entre los músicos que, aunque de segundos, pareció interminable. Posiblemente el cansancio o quizá falta de ensayos comenzaban a traicionar los buenos resultados de una orquesta excelente, pero aún así la suite convenció, y dio ocasión al compositor de exhibir su virtuosismo en la conducción de la orquesta.
Dos fragmentos de Young Sherlock Holmes
Antes de pasar a la pieza siguiente, Broughton dedicó unas palabras de homenaje a Elmer Bernstein, y anunció que la batuta que en ese instante utilizaba había pertenecido al desaparecido músico. Luego bromeó diciendo que, si bien Bernstein compuso maravillosas melodías para westerns, no fue el autor de Silverado.
Dos fragmentos de Silverado
El viejo oeste gobernó la noche jienense durante los siguientes minutos, representado por las poderosas notas de cuatro excelentes pasajes de la partitura de Silverado; un fragmento del Main Title, The Getaway/Riding as One, On to Silverado y End Credits – We’ll be Back. La dificultad de la obra en ciertos momentos dio lugar a pequeñas disonancias, especialmente en los valores más agudos del viento; pero la magnificencia del conjunto hizo olvidar estos pequeños errores a un público predispuesto y entregado que, tras el climático final, estalló en una interminable ovación.
Después del concierto
De izquierda a derecha: John Powell, Bruce Broughton, David Arnold, John Debney y Pascual Osa.
No hubo intención de bis, ni los presentes nos esforzamos demasiado en requerirlo; eran ya las dos y media de la madrugada, y el cansancio hacía mella en músicos, oyentes, y seguramente en los compositores. Sinceramente, un programa más holgado, y mayor control sobre el cumplimiento horario, habrían beneficiado notablemente el ánimo de los asistentes y añadido valor a la impresión final de la gala. Ojalá el año que viene, los organizadores, cuyo celo queda sobradamente demostrado en todo momento, consigan solventar estas pequeñas inconveniencias.

Por M.M.M.

Páginas relativas a los compositores participantes en el concierto:
Javier Navarrete en Internet Movie Database

Página 1 2 3 Anterior / Siguiente

Volver a Artículos

Quiénes somos | Contacta con nosotros | ©2007 legend BSO