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Sixth Sense

EL SEXTO SENTIDO (The Sixth Sense, 1999)

El sexto sentido (The Sixth Sense, 1999) nos cuenta la historia de dos seres solos y sin rumbo; Malcolm (Bruce Willis), un psiquiatra marcado por el fracaso que supuso su experiencia con un paciente que aseguraba ver fantasmas, y Coole (Haley Joel-Osment), un niño introvertido con esa misma patología. Nacerá entre ellos una simbiosis natural, que si llega a buen término puede suponer el fin de la pesadilla para Coole y la redención profesional y personal para Malcolm.

Sello / Ref. Varese Sarabande 302 066 061 2
Duración: 30 minutos
Año: 1999

Lista de cortes (* Solo en edición promocional)

  1. Main Titles (2:48)*
  2. Vincent Gray (2:47)*
  3. Shoot Malcolm (:36)*
  4. Run to the Church (1:20)
  5. The Profundis (2:24)
  6. Look at my Face (:43)*
  7. Going to School (1:02)*
  8. Mind Reading (2:44)
  9. Photographs (:53)
  10. Upset Words (:54)*
  11. Suicide Ghost (1:35)
  12. Stuttering Stanley (:59)*
  13. Zoloft (1:35)*
  14. On the Staircase (1:09)*
  15. Malcom's Story / Cole's Secret (4:01)
  16. Hanging Ghosts (2:33)
  17. Dead Boy in Hall (1:20)*
  18. Some Magic is Real (:51)*
  19. Tape of Vincent (3:26)
  20. Help the Ghosts/ Kyra’s Ghost (4:29)
  21. Searching Kyra’s House (5:02)*
  22. Kyra’s Tape (2:00)
  23. See You Tomorrow (2:38)*
  24. Malcolm is Dead (4:42)
  25. End Credits (4:12)*

La primera película con reconocimiento internacional de este realizador de origen indio, es muchas cosas. Es una nueva forma de entender el terror, más madura, serena e indirecta de lo que generalmente se estila en el cine actual americano; es un drama que prioriza la humanidad de sus personajes sobre la truculencia de sus avatares; y es, sobre todo, una fábula sobre la muerte como ente temido y desconocido omnipresente en nuestro mundo, cuya influencia afecta directamente la cotidianeidad de los vivos.

Obtener el condimento musical adecuado era un reto vital, y de su acierto dependía el éxito de Shyamalan en la transmisión de su esbozo. Desgraciadamente, el incompleto compacto oficialmente editado, de solo 30 minutos, es un insulto a la magnífica labor de Newton Howard, y hay que recurrir a una edición promocional para disfrutar al completo la obra como fue concebida.

Aunque las intenciones de Shyamalan se alejan del cine de terror al uso, hay momentos visualmente impactantes (Las apariciones fantasmagóricas) para los que Newton Howard recurre a asonantes golpes orquestales, que conforman la parte más inquietante de este trabajo, como los cortes Suicide Ghost, Hanging Ghost o Help the Ghosts/Kyra’s Ghost; pero la importancia del conjunto y lo que lo convierte en la pieza maestra que es, recae sobre el capítulo emocional.

El fantasma de Kyra

Dos solitarios

Como hemos dicho, por encima de las terribles experiencias que viven los personajes de Shyamalan, están su humanidad y sus sentimientos, y eso por supuesto se refleja en el ejercicio intimista de Newton Howard quien, en un modo muy inteligente de entender la asociación de imágenes y música, crea una partitura sobria y comedida destinada a crear una atmósfera turbadora, con muchos pasajes de trámite que evitan protagonismo, permitiendo, de esta forma, acentuar el énfasis cuando es requerido.

Pero al margen de Malcolm y Coole, es la muerte -o mejor dicho la etapa evolutiva que ésta supone como parte integrante de nuestra existencia- la auténtica protagonista de esta historia, y aquí es donde Newton Howard tenía que echar el resto en la consecución de un sonido que captara el misterio, el misticismo, la grandilocuencia e incluso el desafío que Shyamalan pretende hacernos llegar.

Revelación

Lo logra y con creces en las mejores notas de toda la obra; un motivo inquietante que oímos por primera vez en De Profundis (O en el Main Title del promocional) y alcanza su máxima expresión en momentos culminantes como Tape of Vincent, donde para acompañar el decisivo descubrimiento de Malcolm que modificará el destino de los dos protagonistas, la música hace de narradora tan eficazmente como las imágenes; o por supuesto en el determinante Malcolm Is Dead, aquí apoyándose en sonidos corales que intensifican la trascendencia del mensaje.

Fatal descubrimiento

El sexto sentido entraña cierta crueldad en el obligado conformismo de su conclusión, pues, como ya viene siendo denominador común en el cine de Shyamalan, los supuestos finales felices dependen más bien de la capacidad de los protagonistas para aceptar su destino o, como en el caso que nos ocupa, su condena. Por ello este es, en todo momento, un cuento triste y emocionalmente profundo, como en consecuencia lo es el score de Newton Howard.

La sintonía entre estos dos genios creativos en esta primera colaboración ha sido perfecta, y ha sembrado la semilla para un prometedor futuro.

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