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Signs

SEÑALES (Signs, 2001)

El ex - sacerdote Graham Hess (Mel Gibson) es un hombre apagado y sin fe desde el trágico accidente en el que perdió a su esposa. Vive en una granja con sus dos hijos y su hermano Merrill (Joaquin Phoenix), y la vida de toda la familia se verá alterada cuando en sus campos de maíz aparezcan grabados gigantescos signos de significado y origen desconocidos, que no serán sino el paso previo a la llegada de una terrible fuerza invasora extraterrestre.

Sello / Ref. Hollywood Records 2061-62368-2
Duración: 45 minutos
Año: 2001

Lista de cortes

1. 

Main Titles (01:45)

2. 

First Crop Circles (03:17)

3. 

Roof Intruder (02:19)

4. 

Brazilian Video (02:00)

5. 

In The Cornfield (05:40)

6. 

Baby Monitor (01:12)

7. 

Recruiting Office (02:07)

8. 

Throwing A Stone (05:35)

9. 

Boarding Up The House (03:05)

10. 

Into The Basement (05:19)

11. 

Asthma Attack (03:57)

12. 

The Hand Of Fate-Part 1 (05:34)

13. 

The Hand Of Fate-Part 2 (03:37)

Es lamentable el perjuicio que, en su búsqueda masiva de público, pueden causar los publicistas a las producciones que promocionan. Se ceban especialmente con Shyamalan, que a estas alturas ya arrastra implícita a su nombre la más irritante de las coletillas publicitarias; “del director de…”. En Hollywood, vulgarizaciones como esa son el triste precio que se ha de pagar por la fama. A través de los primeros trailers, Señales se vendía como un thriller fantástico que prometía terror y sustos, y si bien no podemos negar que en su simplista superficie el film funciona con impecable corrección como vehículo de impacto comercial, hay mucho más por descubrir una vez se rompe el caparazón.

En el sótano
En esta particular y enfermiza visión de La guerra de los mundos reencontramos referencias que ya nos son familiares en el proceder del realizador. Nuevamente los niños son más que meros objetos de narración y tienen peso fundamental en una trama que, como en los títulos precedentes, se orquesta sobre un número reducido de personajes, pero esta vez hay un nuevo ingrediente que desde aquí será constante para el director; los escenarios menguan, la circunstancia de los protagonistas se contrae, y emerge una opresiva sensación de claustrofobia tanto en sentido real como espiritual.
Como carta de presentación, Newton Howard comienza sorprendiéndonos con un arrollador Main Title más agresivo de lo que nos tenía habituados, cuyo efecto es una promesa de las turbulencias emocionales que habremos de experimentar. Ya en este tema se introducen los insistentes acordes rítmicos predominantes durante toda la obra, interpretados por vibrantes violines que, además de rendir tributo a Bernard Herrmann y al estilo de música característico del cine fantástico de los 50 (Véase Twilight Zone), escenifican la amenaza desconocida y el temor de los protagonistas, al mismo tiempo que evocan sonidos tradicionales de la América profunda.
Estas martilleantes notas estarán presentes creando desasosiego en First Crop Circles o Roof Intruder, concederán cierta esperanza cuando son ejecutadas por flauta o un tímido piano –como en Baby Monitor- y se volverán frenéticas en Brazilian Video.
La conexión que aquí se da entre realizador y músico traspasa las fronteras que ellos mismos se habían marcado, y alcanza un insuperable nivel de complicidad que les permite contar dos caras de la misma historia para que cada espectador ahonde hasta donde quiera o pueda llegar; de esta forma, mientras deliberadamente Newton Howard permanece describiendo con sus directas notas las emociones más primarias, Shyamalan se mueve en su propio plano y profundiza en la esencia de sus personajes, hablándonos de ellos a través de la forma que cada uno tiene de enfrentarse no ya a la inminente amenaza, sino a los desafíos de la propia existencia.
En los campos de maíz
Merrill Hess Graham Hess
Al optimismo cándido de Merrill y su prosaica forma de enfocar las cosas, se opone la gravedad de su hermano Graham, en su convencimiento de ser el único capaz de apreciar la realidad en su toda su absoluta fatalidad; y, desde la aceptación de un destino sombrío e inevitable, el cariño hacia los suyos le llevará a involucrarse en una utópica guerra contra ese terror que asoma en difusas manifestaciones desde el exterior. Tablas y clavos para protegerse del fin del mundo, y un oscuro sótano como único escondrijo del miedo, de los recuerdos, del futuro y, en definitiva, del repudiado mundo real.

En Into the Basement o Asthma Attack los estallidos sonoros y tremendismo orquestal son el indicado aderezo para los momentos más angustiosos de la cinta; después, un relajado lirismo acompaña los sinceros sentimientos que afloran de entre el pánico y la resignación. Y así el relato avanza hasta que el mensaje visual y el musical se dan la mano en esa climática explosión argumental en la que cada personaje asume su rol, el que estaba ciego ve la luz, y todas las penurias padecidas quedan explicadas y justificadas. Solo aquí, en el corte The Hand Of Fate, Newton Howard olvida la mesura y da rienda suelta a la espectacularidad y la euforia del triunfo; y después de este apoteósico momento, todos comprendemos lo que los dos autores, juntos o separados, pretendían transmitirnos y, sobre todo, su soberbia forma de conseguirlo.

Batea fuerte, Merrill
Las obvias connotaciones religiosas en el desenlace de Señales levantaron, en su momento, algunas crispaciones; pero muy por encima de cualquier percepción negativa quedan la admirable audacia de sus creadores y su virtuosismo narrativo, que convierten esta obra en un deleite inteligente y, al mismo tiempo, irracional.

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