La reunión entre Bond, el Ministro de Defensa y "M" en el despacho del último, (Sin contar a Moneypenny, que ni aún tan cercana a la jubilación logró ascender de secretaria) parece más bien el salón social de alguna residencia para la tercera edad. ¡Dios salve a los ingleses si dependen de un Servicio de Inteligencia compuesto por semejante elenco!

Más elogiables son sin embargo otros pasajes como Snow Job o He’s Dangerous en los que la música realmente se hace notar, rebosante de esa energía característica en el compositor. Fiel a su propio estilo, Barry reduce nuevamente el uso del tema de James Bond, y crea un leitmotiv con el que juega en las muchas secuencias de acción que se prodigan a lo largo del metraje; en este caso se trata de una poderosa marcha cuyo ritmo recuerda lejanamente al tema principal de Al servicio secreto de Su Majestad, y que como novedad incluye el no muy afortunado aderezo de guitarras eléctricas.

Al igual que obras como Operación Trueno y Solo se vive dos veces se han revalorizado gracias a las completísimas ediciones que nos brindó Lukas Kendall en el 2003, hay que decir que también Panorama para matar habría ganado muchos enteros si se hubiera recuperado la música nunca publicada, entre la que hay momentos tan interesantes como el sólido tema de acción que oímos durante la persecución a caballo en la que Bond se ve involucrado, o la dramática variante de la melodía de la canción que acompaña los momentos previos al desenlace, cuando el dirigible de Zorin se dirige hacia el Golden Gate con 007 sujeto a una cuerda. (En la recopilación Bond Back in Action 2 podemos encontrar el antes omitido Fanfare, un épico pasaje que, aunque breve, merece la pena). No obstante, la reedición de este compacto era más que necesaria, teniendo en cuenta que el anteriormente existente –editado en 1985 por Emi únicamente en Japón-, era prácticamente inencontrable.

M.M.M.