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EL MAÑANA NUNCA MUERE
(Tomorrow Never Dies, 1997)
Compositor: DAVID ARNOLD
Lista de cortes (Edición de Chapter III/Gold Circle del año 1999):

1. 

White Knight (08:29)

2. 

The Sinking of the Devonshire (07:06)

3. 

Company Car (03:07)

4. 

Paris & Bond (01:55)

5. 

The Last Goodbye (01:33)

6. 

Hamburg Break-In (02:53)

7. 

Hamburg Break-Out (01:24)

8. 

Doctor Kaufman (02:27)

9. 

*-3-* Send (01:15)

10. 

Back Seat Driver (04:34)

11. 

Underwater Discovery (03:36)

12. 

Helicopter Ride (01:34)

13. 

Bike Chase (06:44)

14. 

Bike Shop Fight (02:42)

15. 

Kowloon Bay (02:27)

16. 

Boarding The Stealth (04:38)

17. 

A Tricky Spot For 007 (02:48)

18. 

All In A Day's Work (05:09)

19. 

Exclusive David Arnold Interview (11:02)

 
Letra: TOMORROW NEVER DIES
(Escrita por Sheryl Crow y Mitchell Froom)
 
Darling I'm killed
I'm in a puddle on the floor
Waiting for you to return
Oh what a thrill
Fascinations galore
How you tease, how you leave me to burn
It's so deadly my dear
The power of having you near

Until the day...
Until the world falls away
Until you say there'll be no more goodbyes
I See it in your eyes
Tomorrow Never Dies

Darling you won
It's no fun
Martini's, girls and guns
It's murder on our love affair
It's you , that's your life
Every night, as you chase the morning light
You're not the only spy out there
It's so deadly my dear
The power of wanting you near

Until the day...
Until the world falls away
Until you say there'll be no more goodbyes
I See it in your eyes
Tomorrow Never Dies

Until the day...
Until the day...
Until the day...
ºº

NO HAY MEJOR NOTICIA QUE UNA MALA NOTICIA

O al menos eso piensa Elliot Carver, el despiadado y egocéntrico magnate de las comunicaciones interpretado por Jonathan Pryce que no duda en provocar una guerra con tal de aumentar la tirada de su periódico Tomorrow. La excelente dirección de Roger Spottiswode junto con la eficaz interpretación de Brosnan, más afianzado ya en el rol, hacen de El mañana nunca muere un triunfo en el que también la música tuvo decisiva participación.

Normalmente, la segunda incursión de un actor como Bond es incluso más importante que la primera, pues es la que realmente determina su aceptación entre el público una vez mitigado el impacto de la novedad. Pierce Brosnan tuvo más suerte que Timothy Dalton, y con El mañana nunca muere se consolidó como el cuarto agente 007 contando con el beneplácito de los aficionados y los elogios –quizá incluso un tanto exagerados- de la crítica. Lo cierto es que Brosnan pulió notablemente su encarnación del personaje, dotándolo de madurez y ciertos matices inexistentes en ese mejorable boceto que era Goldeneye.
Sin dejarse cegar por los excelentes resultados comerciales del anterior título, Barbara Broccoli -continuadora de la tradición familiar tras el fallecimiento de su padre en 1996- estaba dispuesta, junto su marido y socio Michael Wilson, a esforzarse por reposicionar el mito en el lugar que artísticamente le correspondía y, por supuesto, en el empeño no se olvidarían del apartado musical, que necesitaba imperiosamente ser revisado.

David Arnold, un versátil compositor que siempre ha sabido combinar su vanguardismo con el gusto por lo retro (No en vano en el 2000 le fue encargada la revisión de la partitura de Shaft creada originalmente por Isaac Hayes) no esperó a ser buscado, él mismo forjó su suerte esgrimiendo como carta de presentación su obra Shaken and Stirred; se trataba de una recopilación en la que el autor, contando con las voces de diversos artistas como Iggy Pop o Chrissie Hynde (Vocalista de The Pretenders) y con la vistosidad de Propellerheads para algún fragmento instrumental, propone su particular visión sobre varias de las composiciones de John Barry para la serie. Lo cierto es que ese trabajo no fue gran cosa, poco aporta a los originales y se apoya en exceso en la electrónica y el sonido tecno; pero bastó para convencer a los productores de que estaban ante el hombre que debía heredar el trono vacante. Acertada decisión, pues este joven músico inglés demostró que podía dar mucho más de lo que había ofrecido hasta el momento.

David Arnold

Arnold comprendió desde el principio que a nada llevaría repudiar el tradicional sonido Bond, por lo que ni se molesta en ocultar su evidente dependencia del genial John Barry, de quien desde la infancia es confeso admirador; no faltarán en esta obra los punteos de guitarra o esa trompeta con sordina que inevitablemente asociamos a la naturaleza de 007, si bien es en los momentos románticos como Paris & Bond o en algunos temas atmosféricos de inspiración oriental como Kowloon Bay donde realmente emerge ese espíritu original creado en su día por el anciano maestro y recuperado aquí sin apenas adulteración.

Pero no todo está inventado de antemano en tan rica, variada y ampulosa partitura, y será sobre todo en los temas de acción donde Arnold deje la huella de su personalidad. El autor se vale de su impecable dominio de la orquesta y esa habilidad para elaborar pasajes de titánica complejidad sinfónica que ya había demostrado en Stargate o Independence Day, y compone cortes épicos como White Knight o All in a Day’s Work; pero, decidido a traer la música de Bond a nuestros días, tampoco renuncia a juguetear con esos sintetizadores que tanto le gustan, exhibiendo su magnífico sentido del ritmo en pasajes como Hamburg Break Out o Back Seat Driver. Todo un fantástico conglomerado de estilos y tendencias que hacen de El Mañana Nunca Muere el que, incluso a día de hoy, quizá siga siendo el mejor trabajo de David Arnold.
Sheryl Crow

La rockera de insinuante voz Sheryl Crow fue la encargada de crear una balada para los créditos iniciales, por lo que el autor hubo de conformarse con que la canción que había compuesto –Surrender, un magnífico tema interpretado por K.D. Lang con letra del siempre eficaz Don Black, cuya melodía se utiliza sabiamente en diversos momentos del score- apareciera en los títulos finales.

K.D. Lang

El escueto compacto que se editó al estreno del film apenas supone una muestra de la extensa partitura de Arnold, afortunadamente complementada con una versión extendida que nos llegó dos años después pero que seguía sin recoger todo el material compuesto. Eso sí, a raíz de la excelente edición especial en dvd comercializada en 1998 que incluía la banda sonora en una pista aislada, comenzaron a aparecer en el mercado grabaciones promocionales que, con desigual calidad de sonido, contenían la totalidad de la obra. Con un poco de aquí y un poco de allá, el aficionado completista puede customizar su propia exhaustiva compilación; la valía de la obra bien merece el esfuerzo.

M.M.M.

James Bond volverá en El mundo nunca es suficiente

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