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LOS BOND EXTRAOFICIALES
Tan solo en tres ocasiones y por distintos motivos, James Bond ha vivido sus aventuras al margen del imperio Broccoli. (Si no contamos, claro, la serie de animación James Bond Junior o los videojuegos). Han sido casos muy particulares cuyas diferencias con la saga también se reflejan, por supuesto, en las bandas sonoras; queda demostrado que la música es una de las principales señas de identidad del agente, cuando se constata el detrimento que el sacrificio de tan importante parcela supone para el producto final.

CASINO ROYALE
Casino Royale (Climax Mistery Theatre episodio 3) 1954

James Bond apareció en pantalla (la pequeña) por vez primera el 21 de octubre de 1954, en un episodio de la serie de suspense Climax Mistery Theatre que adaptaba a su manera la novela de Ian Fleming Casino Royale, con el televisivo Barry Nelson en el papel del agente (presentado por entonces como Jimmy Bond) y Peter Lorre como Le Chiffre. De la banda sonora se encargó un novel Jerry Goldsmith cuyo estilo, en los albores de su carrera, distaba aún mucho del que todos conocemos.
De hecho, salvo el tema principal genérico de la serie, prácticamente no existe acompañamiento musical durante el episodio ni, por supuesto, ninguna característica precursora del que más adelante sería conocido como sonido Bond; pero, a pesar del escaso interés de esta obra –de la que, por cierto, no existe edición discográfica alguna- merece la pena mencionarla aquí aunque solo sea como curiosidad.
CASINO ROYALE
Casino Royale, 1967
De nuevo Casino Royale –el único libro de Fleming del que Broccoli y Saltzman no tenían los derechos- vuelve a la gran pantalla, esta vez en forma de disparatada comedia con un reparto de lujo (David Niven, Peter Sellers, Ursula Andress, Wiliam Holden, Orson Welles, Woody Allen, John Houston, Deborah Kerr, Charles Boyer…) y un montón de directores y guionistas entre los que asoma hasta Billy Wilder; pero ni tantos artistas de prestigio juntos consiguieron inyectar el más mínimo atractivo a un film desmadrado, excesivamente largo y sin demasiada gracia que cuenta, sin embargo, con el cariño y beneplácito de muchos aficionados.

Lo mismo ocurre con su banda sonora que, aunque incomprensiblemente valorada por un sinfín de seguidores, no va más allá de lo esperable en un mediocre compositor como Burt Bacharach. Es cierto que la alocada música se acopla con corrección a las excentricidades de la cinta, y que este autor sabía crear melodías simpáticas e imprimir un lisonjero toque personal a sus canciones, pero esos pequeños incentivos no salvan una partitura desmedida e insustancial, que realmente solo citamos aquí por completismo.

Casino Royale Theme : Home James, Don't Spare The Horses :
NUNCA DIGAS NUNCA JAMÁS
Never Say Never Again, 1983
Cuando en 1983 Kevin McClory consiguió materializar su ansiado remake de Operación Trueno (Novela de cuyos derechos era copropietario), contaba con varias contundentes bazas para competir con Octopussy, el título “oficial” producido ese mismo año por Broccoli; un director de talento como Irvin Kershner (Recordado sobre todo por El Imperio contraataca), y actores de la talla de Sean Connery, Barbara Carrera, Klaus Maria Brandauer y una recién descubierta Kim Bassinger. Pero también encontró limitaciones legales, entre las cuales se encontraba la prohibición de utilizar el James Bond theme.
Ese condicionante no hubiera debido ser un problema para conseguir una buena partitura (Como más adelante demostraría David Arnold en Casino Royale), pero sí la ineptitud de Michel Legrand ante una empresa de estas características. Puede que el veterano compositor francés tenga habilidad en dramas como Los paraguas de Cherburgo, pero es incapaz de aportar la espectacularidad e ironía que un film de 007 necesita.
De tan inapropiada, su música llega a ser hilarante por momentos, lo cual perjudica sin piedad el acabado de una película no carente de interés. Temas grises, pasajes asonantes y melodías sin asomo de sentimiento conforman una catastrófica partitura que ya pertenece al olvido. Dicen los rumores que previamente se había rechazado un trabajo de Henry Mancini; es una lástima que seguramente nunca lleguemos a conocerlo, pues incluso en el peor de los casos superaría el de Legrand.
Fatima Blush, a Very Bad Lady : The Big Escape :

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